lunes, 19 de julio de 2010

Tu Maldito Pasado - Episodio 2

Eran las 7 am, Doña Liber había pasado su primera noche en Carabanchel y aunque no tenía todas las comodidades a las que estaba acostumbrada, durmió bien y por la mañana estaba en casa de su amiga Mar, quien la había invitado a tomar el desayuno, durante la charla doña Liber se explayó contando con los detalles que habían propiciado su llegada a Madrid.


Mar dando un giro a la conversación le dijo- ¿y habeís pensado en que trabajareis?- Doña Liber hizo una pausa y dijo: - "estoy segura que algo surgirá, vengo a rehacer mi vida lejos de Ese Hombre". Acto seguido Mar le tomó de la mano y mirándola a los ojos con genuina ternura le dijo: "Liber, no basta sólo con buena voluntad, ahora mismo hay escacez de empleo, pero si quieres le puedo decir a mi jefe que te de un puesto, yo trabajo en un merendero de día y por la tarde en la cocina de un cabaret, la paga no es generosa, pero me ayuda a sobrevivir". Doña Liber con lágrimas en los ojos le dió las gracias a Mar y se dispuso a ir con ella a buscar empleo, era su primer día y no le podía ir tan mal.


Y mientras llegaba la hora del primer comercial, Doña Chelo y Doña Chepu comentaban nerviosas la suerte que le deparaba a Doña Liber, ya que este sería el primero de muchos días en su nueva residencia. A lo lejos se escuchaban los golpeteos, era Don Chuy el fontanero quien estaba arreglando una fuga de agua, y tuvo que elegir precisamente ese momento para hacer sus reparaciones, Doña Chelo muy amable y a la vez enérgica le dijo a Don Chuy que si quería que le pagase no hiciera ruido y mejor le invitó a ver la novela, que después arreglase la fuga - pero es que - replicó Don Chuy, - es que nada, o deja eso ahora mismo o el drama lo armo yo, y apúrese que ya va la novela - dijo Doña Chelo y mientras Doña Chepu traía mas bocadillos y café a la mesita frente al televisor, en cuanto iniciaron las cortinillas de la novela se hizo un silencio sepulcral en la sala.


Caminaban Doña Liber y Mar por las calles y llegaron a un sitio llamado: La Sonrisa. Era un cabaret que ofrecía a todos los asistentes diversión garantizada, en él se reunían las personas importantes de varios ambientes de Madrid, desde los intelectuales, los mafiosos, los hijos de familias adineradas, los viajeros y hombres de negocios, era un lugar mediano, muy pulcro y con una decoración muy sobria. El dueño era Don Xavi, un hombre de unos 30 años, vestía un traje negro muy pulcro, con un clavel blanco en la solapa, su cabello con gomina peinado hacia atrás y unos ojos color miel que hacían juego con su piel blanca, un bigote delgado y unas manos suaves. Mar presentó a Doña Liber con Don Xavi, el dueño, quien le informó a Doña Liber que el puesto que tenía libre por el momento era auxiiar de mesas, tendría que estar atenta a lo que se le ofreciera a los clientes y en especial auxiliar a las mujeres que requisieran asistencia en los sanitarios. El sueldo era algo corto, pero las propinas compensarían y según Mar había noches en que un sólo cliente podría darte hasta la mitad de tu sueldo, Mar alguna vez tuvo ese puesto, pero cuando hubo en cocina una vacante pidió esa posición, ya que no le gustaba lidiar con las personas necias (y ebrias).


Doña Liber aceptó el puesto y se presentó por la tarde, durante ese día aprendió el movimiento, y al final de la jornada no le fue tan mal, le contaba a Mar su experiencia con los clientes, durante la noche pudo observar a una mujer de cabello rojo, con un vestido verde esmeralda, y era quien se sentaba a las mesas y conversaba con los caballeros, acto seguido se acercaba aguna chica y se quedaba en la mesa con ellos. - Ella es Doña Diana Fernández, ella maneja el otro negocio - le dijo Mar a Doña Liber sin dar muchas explicaciones. Pasaron los días y Doña Liber iba tomandole gusto al trabajo, al fin y al cabo era un trabajo no tan pesado, según ella. Mar le adivirtió a Doña Liber que los días de paga eran los mas extenuantes, que tuviera cuidado.


Pasó la primer semana y Doña Liber se adaptaba fácilmente al nuevo empleo, Mar y ella caminaban de regreso a casa mientras charlaban del trabajo, al despedirse Mar le dijo - Mañana es día de paga, recuerda lo que te he dicho, ten paciencia, será como todos los días juntos- se abrazaron y cada una marchó a su casa.


Llegó el día de paga, efectivamente había mucha más gente, el capitán de meseros le dijo a Doña Liber - espabila tía que hoy debes mostrar lo que has aprendido - y mientras transcurría la noche, efectivamente no había un momento en que Doña Liber tuviera descanso, al entrar al servicio con una chica que se encontraba, mal por así decirlo, mientras Doña Liber le auxiliaba a espabilarse un poco, entró Doña Diana Fernández y al ver a Doña Liber, se acercó y le dijo tocándole el rostro - tienes bonito cara, eres la nueva, te he visto y pienso que tendrías más futuro trabajando para mí, no creo que Don Xavi se oponga - Doña Liber se apartó y la miró con indignación mientras le preguntaba - ¿a que se refiere señorita? - a lo que Doña Diana Fernández replicó con la altanería típica que le caracterizaba - ¿a que no sabes quien soy yo? soy Doña Diana Fernández, dueña de todas las putas de Madrid, y quiero que trabajes para mí - a lo que Doña Liber respondió - Pues será dueña de todas, pero de mí ¡no! - y salió de los servicios con la cara roja e indignada, justo en eso el Capitán de Meseros la tomó del brazo cuando se dirigía a la salida y la sentó en una mesa en donde se encontraban Don Xavi y Doña Diana, él le dijo - Mira creo que te habeís confundido, aquí los patrones somos los dos, mi hermana es quien rige la mitad y yo la otra mitad, ambos somos tus empleadores y aqui no hay sitios para desplantes de dignidad - a lo que Doña Diana dijo - mira bonita que aquí no es Palacio, aqui todo es ilusión, y las que son como tú tarde o temprano terminan como ellas - le dijo mientras señalaba discretamente a la chica de la mesa de junto quien reía animosamente junto a un par de caballeros que se desvivían en halagos hacia ella, - Así que bonita, mejor piensa bien mi oferta, es eso o la calle, que aquí ni falta el que se va ni sobra el que llega- dijo mientras tomaba un trago a su copa de vino y se levantaba de la mesa, - negocios son negocios, piénsalo chica - dijo Don Xavi, mientras la sutil tensión y los ojos de todos los empleados estaban sobre Doña Liber, quien inmediatamente fue enviada a otras mesas a seguir su labor.


Y así terminaba ese día, y al recibir la paga el administrador le dío una nota con un número, eran los días que tenía para decidir si quedarse en ese trabajo, cambiarse o buscar otro.


Doña Liber salió con Mar del brazo guardando silencio durante el trayecto, Mar por más que le intentaba animar no podía y llegando a la esquina de su casa Doña Liber alzó su rostro al cielo y con lágrimas en los ojos dijo "dadme una señal oh Jesús de Nazareth". Y cayó de rodillas al suelo y Mar la abrazó y así en un llanto frenético Doña Liber se preguntaba ¿porqué la vida la trataba tan mal?.


Y al aparecer el letrero de "Continuará", Doña Chelo, Doña Chepu y Don Chuy se secaban las lágrimas mientras comenzaban a discutir sobre la decisión que debía tomar Doña Liber, Doña Chepu culpaba a Mar por haberla llevado a "ese" sitio, y Don Chuy le defendió diciendo que seguramente Mar no sabía sobre esas actividades, a lo que ambas mujeres le miraron friamente y Doña Chelo le dijo - creo que esa fuga no se va a reparar sola Don Chuy, ande vaya pues y haga todo el ruido que quiera ahora si - y Don Chuy refunfuñando se fue al baño y al abrir la puerta: la fuga había empeorado y el baño se encontraba inundado y al abrir el agua llegó a los demás salones de la casa, y ahora si el drama había alcanzado la casa de Doña Chelo quien sólo alcanzó a gritar antes de caer desmayada en el sillón, mientras Doña Chepu la intentaba reanimar.