La Zorra, El Golfo y La Gárgola.
Ayer por uno de esos errores de la vida, caí en una fiesta bastante wannabe, la temática era ir disfrazado de alguna parafilia, ergo hubo personas en leather, mucamas, lolitas y así, hubo para quien ir disfrazado fue sinónimo de agarrar lo primero que halló en el clóset y se lo puso encima, mi vestimenta podría pasar entre sexy ejecutivo hasta un franco "no tenía idea que fuera fiesta temática".
En fin un poco de vodka me puso de mejor humor, la compañía era buena a secas. Estaba Manolo-bluff-bluff y Mana+Bluff, en fin mientras ellos y el festejado hablaban acerca de gente "de la oficina" y de los últimos desvaríos sexuales del festejado, noté una mirada sobre mi, era de un tipo que previamente lo había analizado: el típico wey varonil, de barba de candado, velludo, iba con camiseta de tirantes y jeans, se sabía atractivo. En fin era todo mi target. Solo tenía un defecto: venia con una gárgola que se suponía era su novio. Así que cuando llegué los vi y los ignoré, al parecer la táctica funcionó, pues mientras las tres alegres comadres se dedicaban a perrearse (sin mucho ingenio debo aclarar) y posar como si estuvieran en una fiesta cocktail de alguna celebridad (nadie al parecer ahí lo era), yo vi la mirada de este hombre 100% encamable.
Primero le dirigí una mirada discreta pero el mensaje era bastante claro "estoy disponible" y le apliqué la sonrisa infalible, el resultado: el tipo en cuestión mi devolvió la sonrisa, se puso casi frente a mi y se agarró el paquete. Acto seguido volví a sonreír e hice mi cabeza de lado, como incitándolo a morder mi cuello, y él se agarró mas el paquete y su expresión corporal incitaba a pegársele como sanguijuela y tener una sesión de sexo rudo, pero no contaba con que alguien mas estaba atento al tipo, su pareja. En cuanto vió que el novio le coqueteaba a alguien, se paró junto a él, lo abrazó e intentó besarlo (sólo faltó que lo orinara encima, que por el tema de la fiesta no creo que hubiera sido mal visto), después se lo llevó a sentar y cual señora lo tenía del brazo mientras platicaba con otras mujeres bastante equis, yo fingí interés en la platica de las alegres comadres, ahora hablaban sobre ropa, que si CH, que si Armani, que si ZARA, en fin mejor retorné la mirada hacia mi objeto de zorrería y efectivamente me miraba cada vez que podía y cuando la gárgola se distraía, la gárgola seguramente se quería volver loca porque no lograba ubicarme, yo por supuesto me divertía con la situación.
Llegó (el ansiado) momento de irnos de ese sitio, no sin antes mandar la ultima mirada, sonreírle y pasar mi lengua por los labios y mandarle un discreto beso. Mientras salíamos de la dichosa fiesta, iba recapitulando y pensando: "El error no ha sido la técnica, sino el timming".
Yo sonriente en lo que podía porque en realidad iba emputado por otros detalles que sucedieron en la fiesta que es mejor omitir.
Weyes encamables venid a mi...
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